La verdad encerrada tras las rejas
Hubo una vez un criador de cobayos, se ocupaba de sus animales con frecuencia y bastante dedicación. Era dueño de treinta de esos curiosos animalitos. Cierto día cuatro de ellos se portaron muy mal. Como castigo, el dueño decidió encerrarlos en una pequeña jaula que había comprado recientemente. La jaula estaba herrumbrada, tenía un solo bebedero, un solo comedero, una única rueda para jugar y nunca había sido limpiada.
El hombre los encerró y los dejó en un lugar bien apartado de los demás cobayos y no se ocupó más de ellos.
Al cabo de unas semanas volvió y se encontró con un cuadro desagradable. Los cuatro animalitos estaban muertos. Uno murió de sed, porque el agua no alcanzaba para todos. Dos de ellos se pelearon hasta morir por lo poco que quedaba de alimento. El último, murió de tristeza, no tenía espacio para jugar, ni suficiente comida, agua o sol.
Sin duda, usted dirá, ¡qué cruel es aquel hombre! Está encargado de darles a los cobayitos lo mejor y los dejó morir sin más. Pero casi nadie dice nada cuando los seres humanos van presos y cuando se producen montones de muertes dentro de las cárceles.
En un país democrático como el nuestro, el Estado está comprometido a brindar a los presos cárceles sanas y limpias, tener una defensa digna, un lugar donde puedan reformar su conducta delictiva y volver a ser ciudadanos de bien. Se debiera enseñar un oficio y respetárseles sus derechos, porque aún presos, siguen siendo seres humanos.
Basados en el hombre de nuestra historia, ¿podemos decir que todo lo que se promete y está amparado por la ley, se cumple en la realidad?
La verdadera vida entre rejas
El número de muertes que se suceden en las cárceles argentinas, los motines y los hechos que no se cuentan a través de los medios de comunicación, nos hacen pensar que es muy probable que exista un enorme abismo entre lo que la Constitución, las leyes y la Declaración de los derechos humanos dicen y la realidad.
Las cárceles están saturadas de facas caseras, las rivalidades entre grupos, drogas y fuego. Estas son algunas de las cosas con las que nos encontramos si visitamos un penal en cualquier punto del país.
Se estima que, en nuestro país, unas 30000 personas sobreviven en condiciones degradantes en comisarías y cárceles
. Desde el año 2003, se ha triplicado la cantidad de muertes por causas violentas. Pasaron de un 19 a un 60% de aumento. Los detenidos se encuentran hacinados en celdas pequeñas dentro de las unidades penitenciarias y comisarías. En la provincia de Buenos Aires durante los últimos dos años ascendió el número de personas alojadas en ellas, de 5584 a 5951. Pese a esta situación, las unidades no han recibido las reformas edilicias necesarias para albergar a la cantidad de personas que hay en ellas.
En lo que se refiere a los menores que se hallan detenidos, lo hacen en condición de procesados. Esto es: están acusados de un delito pero no tienen una sentencia establecida, están en el proceso de ser juzgados. A partir de los 18 años de edad son alojados en prisiones de máxima seguridad y sometidos a un régimen violento. Rara vez la sentencia definitiva llega a dictarse antes de que cumplan 21 años. Mientras tanto son sometidos a tres años de hambre, frío, hacinamiento y castigos físicos.
Lo mismo se aplica a presos adultos, sean hombres o mujeres, destacando que todos carecen de elementos de primera necesidad.
Veamos , por ejemplo, las cárceles de Caseros y Devoto, identificadas como Unidades Nº 1, Nº 2 y Nº 16 del Servicio Penitenciario Federal. Son depósitos que albergan más de 3.000 internos. Las ventanas de los pabellones carecen de vidrios, las frazadas, camas o colchones no son suficientes. No se retiran los residuos con regularidad, no hay medicamentos ni atención médica y/o psicológica en forma regular. Son frecuentes las denuncias de muertes por falta de asistencia médica o golpes y castigos físicos. Pero éstas casi nunca son atendidas y quienes propinan dichos castigos no siempre son presos. Muchas veces son los guardia- cárceles.
Sumemos a lo que dijimos hasta aquí que los talleres de trabajo, la educación escolarizada y la posibilidad de recibir visitas de sus familiares, permanecen prácticamente ausentes. Así es como aquello de “cárceles sanas y limpias para seguridad y reforma de los presos”, tal como lo plantea el Artículo 18 de la Constitución Nacional, se convierte en una mera utopía.
Derechos humanos: lo que brilla por su ausencia
La declaración de los derechos humamos, hechos para todos los hombre sin excepción, menciona algunos artículos que parecen no tener vigencia puertas adentro del sistema carcelario.
Artículo 5
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Artículo 8
Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.
Artículo 10
Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.
Artículo 11
1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.
2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.
El completo descuido de la salud
Está contemplada en el marco legal la posibilidad de que la Pena Privativa de la Libertad sea diferida en caso de que el condenado se encontrare gravemente enfermo y la inmediata ejecución pusiere en peligro su vida, según el examen de los peritos. Pero es de destacar que nada de esto se cumple en la realidad, sobre todo para aquellos que son enfermos portadores de HIV. El Hospital Muñiz ha construido en sus dependencias un pabellón para enfermos terminales de esta enfermedad que se encuentren en las cárceles. Esta es una buena noticia, el problema está en que no todos los que lo necesitan están allí. Son innumerables los casos de menores enfermos que deben permanecer en prisión sin asistencia médica y/o sanitaria. Sólo cuando su condición se agrava considerablemente y requieren un traslado en carácter de enfermos terminales, son ingresados al hospital.
Se estima que alrededor del 30% de la población de las cárceles es portadora de HIV y su salud se agrava por las salvajes condiciones de vida v abandono en que se encuentran.
Esto equivaldría a suponer que lo que se quiere hacer no es ayudar a los prisioneros a salir de la cárcel cómo ciudadanos nuevos. Sino por el contrario, deshacerse de ellos mediante el abandono y la indiferencia.
Se puede acusar a cualquier preso de cometer el crimen más cruel. Pero, ¿no se convierte el estado en asesino si deja morir a las personas que está comprometido, por ley, a proteger? El mirar y no hacer nada sabiendo cómo son las cosas, ¿no nos convierte en cómplices de asesinato?
Motines: derecho de huelga de los presos
Motín en Coronda- 12/04/05
La palabra MOTIN puede definirse como rebelión, disconformidad, querer tomar el control, por la fuerza, de una situación porque se espera cambiarla.
Tal vez, por analogía, podríamos decir que, así como el personal del Hospital Garraham, los piqueteros y los docentes, los presos usan los motines para hacerse oír. Sacan a relucir sus quejas por la condición miserable en la que viven.
El problema de los motines, al igual que cualquier protesta callejera, radica en que no son manifestaciones pacíficas. Cada uno de ellos termina con un saldo grande de muertos y heridos. Hoy en día, se asume esta modalidad, motines seguidos de muerte, como una nueva forma delictiva de la cual la “actuación irresponsable de los tres poderes del Estado” es la principal protagonista. Así lo denunció el Centro de Estudios Legales y Sociales en el año 2004. En su informe destacó lo siguiente:
Mientras se sancionan leyes que avanzan sobre garantías constitucionales para promover "la cárcel rápida", la justicia aplica con idéntica velocidad lo que este informe denuncia como "un abuso de la prisión preventiva" (89% de los detenidos bonaerenses son procesados, no condenados), en tanto demora las investigaciones de las cada vez más salvajes rebeliones de presos.[1]
Motín en Coronda 12/04/05
Es muy posible que el Estado no sea culpable de proveer armas a los presos para que tomen las cárceles y se maten entre ellos, se hieran y asesinen o lastimen a los guardias. Pero la indiferencia, la tolerancia de la violencia y el silencio ante la injusticia son también formas en las que se puede demostrar culpabilidad
Cronología de los motines 2005: El año del infierno.
Fecha
Lugar
Cantidad de muertos
Motivos de la protesta
25 de enero
Entre Ríos, Victoria
2 muertos
No se dio explicación
10 de febrero
Córdoba, San Martín
Ocho muertos y decenas de heridos graves
los reclusos exigían mejores condiciones carcelarias, respetar el régimen de visitas y que no sean reprimidos ni trasladados a otras penitenciarías.
12 de abril
Coronda
Trece presos murieron
se inició con una pelea entre internos en la cárcel
11 de junio
- Rosario
--
En protesta por malas condiciones de alojamiento y malos tratos y terminó con la decisión de trasladar a los detenidos a otras seccionales
21 de junio-
Rosario
1 reclusa muerta y dos heridas.
la protesta se generó a partir de una frustrada gestión realizada por un grupo de internas que trataban de ubicar telefónicamente a uno de sus abogados. Los guardias les negaron la llamada.
26 de junio-
Rosario
--
Hacinamiento en una comisaría
23 de julio
Mendoza
--
Reclamaron mejoras en las condiciones de detención y mayor celeridad en las causas, entre otros puntos del petitorio.
16 de octubre
Magdale-na
33 reclusos murieron
Pelea entre internos
Lo que el Estado promete pero no cumple.
Nuestro país sufre hoy a una crisis institucional en las que los tres poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, han dejado de funcionar como partes de un mecanismo armónico. Se bloquean y paralizan mutuamente, sobre todo a la hora de decidir qué hacer con las situaciones escandalosas que tienen lugar en los “depósitos” de personas privadas de su libertad. La forma de actuar es muy simple: se lavan las manos, es decir, cada quien busca deslindar su propia responsabilidad y culpar al otro.
. Cada vez que alguna autoridad provincial es interpelada por la sociedad por cuestiones como ésta, descarga la responsabilidad en alguno de los otros poderes. Todos tienen algo de razón, porque no hay poder del Estado que carezca de responsabilidad en las violaciones graves, masivas y sistemáticas de los derechos humanos que se producen en el territorio nacional y ninguno está dispuesto a asumir la parte que le corresponde. No todos dicen toda la verdad. Pero ninguno de ellos ha mostrado algún interés especial por la situación en las cárceles y comisarías donde las personas alojadas allí sobreviven en condiciones degradantes que luego revierten sobre el conjunto de la sociedad.
Se ha escuchado en más de una ocasión que se votan proyectos de ley para reformar la estructura edilicia de las cárceles. Pero estos proyectos parecen dejarse de lado cuando el escándalo del motín se olvida o ya no tiene más difusión en ningún medio masivo.
“Ahora son todos maravillosos –les decía otro interno a los abogados que tomaban la denuncia–. Antes de que pasara todo esto, cambiarte de penal es imposible. Te verduguean, te dicen que no hay cupo, que el juez no quiere. Todo para que no estés cerca de tu familia. Pero pasó lo de los chicos (el incendio del 16) y a la noche siguiente ya te estaban ofreciendo quién se quería ir, que te trasladaban a la unidad que quisieras, cerca de tus familiares. Nunca visto.
Los que quieren es que estemos separados, pero yo no me quiero mover de aquí. No queremos.” Cárcel de Magdalena
Sin duda no resultará extraño que, ante tantas promesas rotas, se produzcan motines con la idea de cambiar por la fuerza aquello que no se puede cambiar por ley.
Lo que se pasa por alto de la Constitución Nacional.
· Artículo 18: ...Quedan abolidos...toda especie de tormentos y azotes. Las cárceles de la nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquella exija, hará responsable al juez que la autorice.
Un problema con posibles soluciones
El presentar sólo los rasgos negativos que evidencia el sistema carcelario argentino, sería injusto. Inconscientemente se estaría asumiendo la posición de quien ve el problema desde afuera pero no aporta ningún tipo de solución.
Ahora bien, usted creerá que no hay nada que arreglar, que no hay problema con que todo quede como está.
Quizás eso no sea tan cierto. Le sorprenderá saber, entonces, que en Argentina existe una generación entera de jóvenes cuyos horizontes laborales y de estudio han desaparecido. Dadas las circunstancias, el camino que eligen para satisfacer sus necesidades mínimas no es otro que el del delito.
De personas con estos problemas están llenas las cárceles. Es por eso que el Estado debiera proporcionarle aquel nivel de estudio o de trabajo, que no les facilitó en el momento en que ellos se encontraban en libertad.
-Esta opción existe. A partir de 1990 comenzaron a establecerse contactos entre la Universidad de Buenos Aires y el Ministerio de Justicia para completar la actualización de los contenidos académicos de la profesión penitenciaria. El programa universitario en las cárceles requirió de huelgas de hambre y denuncias de los organismos de derechos humanos y la intervención de legisladores para proseguir.
Está demás decir que el estudio abre puertas, capacita, permite ver el futuro y la vida de forma diferente. Así como el tener espacios para enseñar oficios que les permitan a los presos/as, al salir, tener otra alternativa, que no sea aquella que lo metió entre rejas la primera vez. Sin dejar de mencionar que el estar ocupados les ayudará a pelearse menos entre ellos. La educación es más que necesaria; es imprescindible.
Otro punto a tener en cuenta está relacionado con el aspecto edilicio. Si la sociedad ha de tener presos en su sistema, que estén en lugares dignos, no en jaulas, como son aquellas con las que cuenta nuestro sistema hoy.
En los Estados Unidos, la construcción de la cárcel o su remodelación se encarga a una empresa privada que también puede gestionar su posterior administración. Los defensores de las cárceles privadas aseguran que se combinan beneficios, tales como la calidad de la construcción, eficiencia y calidad de administración. Si el Estado no planea hacerse cargo de estas reformas es mejor que le encargue el trabajo a otro que tenga algún grado de interés. Sería una propuesta interesante para poder analizarla. ¿No es cierto?
Por último, pero no por eso menos importante, tenemos un aspecto a mejorar. Es el que tiene que ver con el trabajo que una iglesia, de cualquier denominación, puede realizar por quienes se alojan en las unidades carcelarias.
Personas de distintas denominaciones han ido a compartir parte de su tiempo con los internos de un penal. Su labor es sencilla pero valorable.
.”Podemos salvar a toda una generación de un preso, a él y a su familia.”
Además de hablar de sus creencias, llevan asesoramiento desde el plano de la salud y la recuperación de adicciones. Muchos se impactan del efecto que produce su trabajo en las personas que visitan. Presentarles a Dios ha redundado en un beneficio doble: las personas han reformado su conducta y salen de la cárcel para hacer una vida nueva; y la sociedad se libra de un ya no tiene que temer de estas personas.
Aunque es triste decirlo, muchos dirigentes religiosos y pastores consideran que el trabajo de recuperación en las cárceles es definitivamente una pérdida de tiempo. Esa es la razón por la que no se organiza nada a nivel institucional.
Sin duda ha de ser porque nunca visitaron uno de estos lugares para ver cómo otros feligreses trabajan por aquellos que están privados de la libertad, ni han visto los resultados de su labor.
Nadie espera encontrarse con un ser humano normal, pero, a pesar de nuestros prejuicios allí adentro hay gente normal
Hablando con una de las personas que trabajó en una cárcel de hombre se destaca lo siguiente:
“En el preso, hablar de Jesús, causa un impacto muy especial. Porque no hay que olvidarse que ellos ya están convencidos de que no sirven para otra cosa que para estar ahí. Son personas que han perdido totalmente su valor propio, han adquirido malos hábitos, desviaciones sexuales, la única esperanza para ellos es encontrar algo que les ayude, más allá de lo que cualquier abogado o ley le pueda ofrecer.
Podemos salvar a toda una generación de un preso, a él y a su familia.”
Para concluir, este artículo fue escrito con el ánimo de tomar conciencia de la realidad. Tal vez haya cosas que no se pueden cambiar, porque no dependen de quienes lean este artículo. Pero hay otras más pequeñas que sí involucran a la sociedad toda.
Aceptarlos en trabajos, darles otra oportunidad, ayudarlos cuando está al alcance de la mano. Estas son pequeñas cosas que permitirán que vuelvan a ser miembros de ésta que también es SU SOCIEDAD.
Me impactó el efecto que hace en ellos la palabra de Dios, el mensaje, que alguien se interese sin que perciba un sueldo. Que alguien vaya desinteresadamente a enseñarles de la Biblia, a decirles que ellos pueden regresar a la sociedad y ser grandes personas si se toman de la mano de Dios, impacta mucho el cambio que Dios produce en aquellos que quieren ser diferentes dentro de la cárcel. Carlos Véliz, Estudiante de 5to año de Lic. En Teología.
Fuentes consultadas.
· Verbitsky, Horacio, Valores en juego, Página 12. Febrero 2005-. www.lainsignia.org
· Cárceles en Argentina: diagnóstico y soluciones posibles- www.ciudadesmasseguras.com.ar
· Declaración Universal de los Derechos humanos1948-www.google.com.ar
· Verbitsky , Horacio-Página/12. Argentina, abril del 2005. Una Coronda al mes.- www.lainsignia.org
· Situación Carcelaria- www.derechos.org
· Matías Bailone- Pedido de la Corte Suprema argentina: No agravar las condiciones de detención.www.un.org
· Diario Clarín -Intiman a Solá para que informe si había material combustible en Magdalena - 26/10/05
· Código Penal- www.google.com.ar
Detrás de los motines. CARCELES SIN LEY-www.argentina.indymedia.org
· Siguen ocurriendo los motines: ¿Argentina al borde del colapso carcelario? lavaca.org
· Tragedia del penal de Magdalena- www.prensamercosur.com.ar
· En las cárceles no hay Derechos Humanos- www.argentinaindymedia.org
· Argentina se comprometió a mejorar las cárceles de Mendoza.- Fuente: Diario Judicial, Bs As, 12may05]
· Denuncian "condiciones de inhumanidad" en cárceles de Argentina -www.lanaciononline.com.ar -Octubre 2005
EL SIDA EN LAS CARCELES ARGENTINAS- Daniel Barberis- FUNDESO- Buenos Aires, Agosto de 2000. -www.google.com.ar
[1] Informe de Estudios Legales y Sociales de 2004.
El hombre los encerró y los dejó en un lugar bien apartado de los demás cobayos y no se ocupó más de ellos.
Al cabo de unas semanas volvió y se encontró con un cuadro desagradable. Los cuatro animalitos estaban muertos. Uno murió de sed, porque el agua no alcanzaba para todos. Dos de ellos se pelearon hasta morir por lo poco que quedaba de alimento. El último, murió de tristeza, no tenía espacio para jugar, ni suficiente comida, agua o sol.
Sin duda, usted dirá, ¡qué cruel es aquel hombre! Está encargado de darles a los cobayitos lo mejor y los dejó morir sin más. Pero casi nadie dice nada cuando los seres humanos van presos y cuando se producen montones de muertes dentro de las cárceles.
En un país democrático como el nuestro, el Estado está comprometido a brindar a los presos cárceles sanas y limpias, tener una defensa digna, un lugar donde puedan reformar su conducta delictiva y volver a ser ciudadanos de bien. Se debiera enseñar un oficio y respetárseles sus derechos, porque aún presos, siguen siendo seres humanos.
Basados en el hombre de nuestra historia, ¿podemos decir que todo lo que se promete y está amparado por la ley, se cumple en la realidad?
La verdadera vida entre rejas
El número de muertes que se suceden en las cárceles argentinas, los motines y los hechos que no se cuentan a través de los medios de comunicación, nos hacen pensar que es muy probable que exista un enorme abismo entre lo que la Constitución, las leyes y la Declaración de los derechos humanos dicen y la realidad.
Las cárceles están saturadas de facas caseras, las rivalidades entre grupos, drogas y fuego. Estas son algunas de las cosas con las que nos encontramos si visitamos un penal en cualquier punto del país.
Se estima que, en nuestro país, unas 30000 personas sobreviven en condiciones degradantes en comisarías y cárceles
. Desde el año 2003, se ha triplicado la cantidad de muertes por causas violentas. Pasaron de un 19 a un 60% de aumento. Los detenidos se encuentran hacinados en celdas pequeñas dentro de las unidades penitenciarias y comisarías. En la provincia de Buenos Aires durante los últimos dos años ascendió el número de personas alojadas en ellas, de 5584 a 5951. Pese a esta situación, las unidades no han recibido las reformas edilicias necesarias para albergar a la cantidad de personas que hay en ellas.
En lo que se refiere a los menores que se hallan detenidos, lo hacen en condición de procesados. Esto es: están acusados de un delito pero no tienen una sentencia establecida, están en el proceso de ser juzgados. A partir de los 18 años de edad son alojados en prisiones de máxima seguridad y sometidos a un régimen violento. Rara vez la sentencia definitiva llega a dictarse antes de que cumplan 21 años. Mientras tanto son sometidos a tres años de hambre, frío, hacinamiento y castigos físicos.
Lo mismo se aplica a presos adultos, sean hombres o mujeres, destacando que todos carecen de elementos de primera necesidad.
Veamos , por ejemplo, las cárceles de Caseros y Devoto, identificadas como Unidades Nº 1, Nº 2 y Nº 16 del Servicio Penitenciario Federal. Son depósitos que albergan más de 3.000 internos. Las ventanas de los pabellones carecen de vidrios, las frazadas, camas o colchones no son suficientes. No se retiran los residuos con regularidad, no hay medicamentos ni atención médica y/o psicológica en forma regular. Son frecuentes las denuncias de muertes por falta de asistencia médica o golpes y castigos físicos. Pero éstas casi nunca son atendidas y quienes propinan dichos castigos no siempre son presos. Muchas veces son los guardia- cárceles.
Sumemos a lo que dijimos hasta aquí que los talleres de trabajo, la educación escolarizada y la posibilidad de recibir visitas de sus familiares, permanecen prácticamente ausentes. Así es como aquello de “cárceles sanas y limpias para seguridad y reforma de los presos”, tal como lo plantea el Artículo 18 de la Constitución Nacional, se convierte en una mera utopía.
Derechos humanos: lo que brilla por su ausencia
La declaración de los derechos humamos, hechos para todos los hombre sin excepción, menciona algunos artículos que parecen no tener vigencia puertas adentro del sistema carcelario.
Artículo 5
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Artículo 8
Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.
Artículo 10
Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.
Artículo 11
1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.
2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.
El completo descuido de la salud
Está contemplada en el marco legal la posibilidad de que la Pena Privativa de la Libertad sea diferida en caso de que el condenado se encontrare gravemente enfermo y la inmediata ejecución pusiere en peligro su vida, según el examen de los peritos. Pero es de destacar que nada de esto se cumple en la realidad, sobre todo para aquellos que son enfermos portadores de HIV. El Hospital Muñiz ha construido en sus dependencias un pabellón para enfermos terminales de esta enfermedad que se encuentren en las cárceles. Esta es una buena noticia, el problema está en que no todos los que lo necesitan están allí. Son innumerables los casos de menores enfermos que deben permanecer en prisión sin asistencia médica y/o sanitaria. Sólo cuando su condición se agrava considerablemente y requieren un traslado en carácter de enfermos terminales, son ingresados al hospital.
Se estima que alrededor del 30% de la población de las cárceles es portadora de HIV y su salud se agrava por las salvajes condiciones de vida v abandono en que se encuentran.
Esto equivaldría a suponer que lo que se quiere hacer no es ayudar a los prisioneros a salir de la cárcel cómo ciudadanos nuevos. Sino por el contrario, deshacerse de ellos mediante el abandono y la indiferencia.
Se puede acusar a cualquier preso de cometer el crimen más cruel. Pero, ¿no se convierte el estado en asesino si deja morir a las personas que está comprometido, por ley, a proteger? El mirar y no hacer nada sabiendo cómo son las cosas, ¿no nos convierte en cómplices de asesinato?
Motines: derecho de huelga de los presos
Motín en Coronda- 12/04/05
La palabra MOTIN puede definirse como rebelión, disconformidad, querer tomar el control, por la fuerza, de una situación porque se espera cambiarla.
Tal vez, por analogía, podríamos decir que, así como el personal del Hospital Garraham, los piqueteros y los docentes, los presos usan los motines para hacerse oír. Sacan a relucir sus quejas por la condición miserable en la que viven.
El problema de los motines, al igual que cualquier protesta callejera, radica en que no son manifestaciones pacíficas. Cada uno de ellos termina con un saldo grande de muertos y heridos. Hoy en día, se asume esta modalidad, motines seguidos de muerte, como una nueva forma delictiva de la cual la “actuación irresponsable de los tres poderes del Estado” es la principal protagonista. Así lo denunció el Centro de Estudios Legales y Sociales en el año 2004. En su informe destacó lo siguiente:
Mientras se sancionan leyes que avanzan sobre garantías constitucionales para promover "la cárcel rápida", la justicia aplica con idéntica velocidad lo que este informe denuncia como "un abuso de la prisión preventiva" (89% de los detenidos bonaerenses son procesados, no condenados), en tanto demora las investigaciones de las cada vez más salvajes rebeliones de presos.[1]
Motín en Coronda 12/04/05
Es muy posible que el Estado no sea culpable de proveer armas a los presos para que tomen las cárceles y se maten entre ellos, se hieran y asesinen o lastimen a los guardias. Pero la indiferencia, la tolerancia de la violencia y el silencio ante la injusticia son también formas en las que se puede demostrar culpabilidad
Cronología de los motines 2005: El año del infierno.
Fecha
Lugar
Cantidad de muertos
Motivos de la protesta
25 de enero
Entre Ríos, Victoria
2 muertos
No se dio explicación
10 de febrero
Córdoba, San Martín
Ocho muertos y decenas de heridos graves
los reclusos exigían mejores condiciones carcelarias, respetar el régimen de visitas y que no sean reprimidos ni trasladados a otras penitenciarías.
12 de abril
Coronda
Trece presos murieron
se inició con una pelea entre internos en la cárcel
11 de junio
- Rosario
--
En protesta por malas condiciones de alojamiento y malos tratos y terminó con la decisión de trasladar a los detenidos a otras seccionales
21 de junio-
Rosario
1 reclusa muerta y dos heridas.
la protesta se generó a partir de una frustrada gestión realizada por un grupo de internas que trataban de ubicar telefónicamente a uno de sus abogados. Los guardias les negaron la llamada.
26 de junio-
Rosario
--
Hacinamiento en una comisaría
23 de julio
Mendoza
--
Reclamaron mejoras en las condiciones de detención y mayor celeridad en las causas, entre otros puntos del petitorio.
16 de octubre
Magdale-na
33 reclusos murieron
Pelea entre internos
Lo que el Estado promete pero no cumple.
Nuestro país sufre hoy a una crisis institucional en las que los tres poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, han dejado de funcionar como partes de un mecanismo armónico. Se bloquean y paralizan mutuamente, sobre todo a la hora de decidir qué hacer con las situaciones escandalosas que tienen lugar en los “depósitos” de personas privadas de su libertad. La forma de actuar es muy simple: se lavan las manos, es decir, cada quien busca deslindar su propia responsabilidad y culpar al otro.
. Cada vez que alguna autoridad provincial es interpelada por la sociedad por cuestiones como ésta, descarga la responsabilidad en alguno de los otros poderes. Todos tienen algo de razón, porque no hay poder del Estado que carezca de responsabilidad en las violaciones graves, masivas y sistemáticas de los derechos humanos que se producen en el territorio nacional y ninguno está dispuesto a asumir la parte que le corresponde. No todos dicen toda la verdad. Pero ninguno de ellos ha mostrado algún interés especial por la situación en las cárceles y comisarías donde las personas alojadas allí sobreviven en condiciones degradantes que luego revierten sobre el conjunto de la sociedad.
Se ha escuchado en más de una ocasión que se votan proyectos de ley para reformar la estructura edilicia de las cárceles. Pero estos proyectos parecen dejarse de lado cuando el escándalo del motín se olvida o ya no tiene más difusión en ningún medio masivo.
“Ahora son todos maravillosos –les decía otro interno a los abogados que tomaban la denuncia–. Antes de que pasara todo esto, cambiarte de penal es imposible. Te verduguean, te dicen que no hay cupo, que el juez no quiere. Todo para que no estés cerca de tu familia. Pero pasó lo de los chicos (el incendio del 16) y a la noche siguiente ya te estaban ofreciendo quién se quería ir, que te trasladaban a la unidad que quisieras, cerca de tus familiares. Nunca visto.
Los que quieren es que estemos separados, pero yo no me quiero mover de aquí. No queremos.” Cárcel de Magdalena
Sin duda no resultará extraño que, ante tantas promesas rotas, se produzcan motines con la idea de cambiar por la fuerza aquello que no se puede cambiar por ley.
Lo que se pasa por alto de la Constitución Nacional.
· Artículo 18: ...Quedan abolidos...toda especie de tormentos y azotes. Las cárceles de la nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquella exija, hará responsable al juez que la autorice.
Un problema con posibles soluciones
El presentar sólo los rasgos negativos que evidencia el sistema carcelario argentino, sería injusto. Inconscientemente se estaría asumiendo la posición de quien ve el problema desde afuera pero no aporta ningún tipo de solución.
Ahora bien, usted creerá que no hay nada que arreglar, que no hay problema con que todo quede como está.
Quizás eso no sea tan cierto. Le sorprenderá saber, entonces, que en Argentina existe una generación entera de jóvenes cuyos horizontes laborales y de estudio han desaparecido. Dadas las circunstancias, el camino que eligen para satisfacer sus necesidades mínimas no es otro que el del delito.
De personas con estos problemas están llenas las cárceles. Es por eso que el Estado debiera proporcionarle aquel nivel de estudio o de trabajo, que no les facilitó en el momento en que ellos se encontraban en libertad.
-Esta opción existe. A partir de 1990 comenzaron a establecerse contactos entre la Universidad de Buenos Aires y el Ministerio de Justicia para completar la actualización de los contenidos académicos de la profesión penitenciaria. El programa universitario en las cárceles requirió de huelgas de hambre y denuncias de los organismos de derechos humanos y la intervención de legisladores para proseguir.
Está demás decir que el estudio abre puertas, capacita, permite ver el futuro y la vida de forma diferente. Así como el tener espacios para enseñar oficios que les permitan a los presos/as, al salir, tener otra alternativa, que no sea aquella que lo metió entre rejas la primera vez. Sin dejar de mencionar que el estar ocupados les ayudará a pelearse menos entre ellos. La educación es más que necesaria; es imprescindible.
Otro punto a tener en cuenta está relacionado con el aspecto edilicio. Si la sociedad ha de tener presos en su sistema, que estén en lugares dignos, no en jaulas, como son aquellas con las que cuenta nuestro sistema hoy.
En los Estados Unidos, la construcción de la cárcel o su remodelación se encarga a una empresa privada que también puede gestionar su posterior administración. Los defensores de las cárceles privadas aseguran que se combinan beneficios, tales como la calidad de la construcción, eficiencia y calidad de administración. Si el Estado no planea hacerse cargo de estas reformas es mejor que le encargue el trabajo a otro que tenga algún grado de interés. Sería una propuesta interesante para poder analizarla. ¿No es cierto?
Por último, pero no por eso menos importante, tenemos un aspecto a mejorar. Es el que tiene que ver con el trabajo que una iglesia, de cualquier denominación, puede realizar por quienes se alojan en las unidades carcelarias.
Personas de distintas denominaciones han ido a compartir parte de su tiempo con los internos de un penal. Su labor es sencilla pero valorable.
.”Podemos salvar a toda una generación de un preso, a él y a su familia.”
Además de hablar de sus creencias, llevan asesoramiento desde el plano de la salud y la recuperación de adicciones. Muchos se impactan del efecto que produce su trabajo en las personas que visitan. Presentarles a Dios ha redundado en un beneficio doble: las personas han reformado su conducta y salen de la cárcel para hacer una vida nueva; y la sociedad se libra de un ya no tiene que temer de estas personas.
Aunque es triste decirlo, muchos dirigentes religiosos y pastores consideran que el trabajo de recuperación en las cárceles es definitivamente una pérdida de tiempo. Esa es la razón por la que no se organiza nada a nivel institucional.
Sin duda ha de ser porque nunca visitaron uno de estos lugares para ver cómo otros feligreses trabajan por aquellos que están privados de la libertad, ni han visto los resultados de su labor.
Nadie espera encontrarse con un ser humano normal, pero, a pesar de nuestros prejuicios allí adentro hay gente normal
Hablando con una de las personas que trabajó en una cárcel de hombre se destaca lo siguiente:
“En el preso, hablar de Jesús, causa un impacto muy especial. Porque no hay que olvidarse que ellos ya están convencidos de que no sirven para otra cosa que para estar ahí. Son personas que han perdido totalmente su valor propio, han adquirido malos hábitos, desviaciones sexuales, la única esperanza para ellos es encontrar algo que les ayude, más allá de lo que cualquier abogado o ley le pueda ofrecer.
Podemos salvar a toda una generación de un preso, a él y a su familia.”
Para concluir, este artículo fue escrito con el ánimo de tomar conciencia de la realidad. Tal vez haya cosas que no se pueden cambiar, porque no dependen de quienes lean este artículo. Pero hay otras más pequeñas que sí involucran a la sociedad toda.
Aceptarlos en trabajos, darles otra oportunidad, ayudarlos cuando está al alcance de la mano. Estas son pequeñas cosas que permitirán que vuelvan a ser miembros de ésta que también es SU SOCIEDAD.
Me impactó el efecto que hace en ellos la palabra de Dios, el mensaje, que alguien se interese sin que perciba un sueldo. Que alguien vaya desinteresadamente a enseñarles de la Biblia, a decirles que ellos pueden regresar a la sociedad y ser grandes personas si se toman de la mano de Dios, impacta mucho el cambio que Dios produce en aquellos que quieren ser diferentes dentro de la cárcel. Carlos Véliz, Estudiante de 5to año de Lic. En Teología.
Fuentes consultadas.
· Verbitsky, Horacio, Valores en juego, Página 12. Febrero 2005-. www.lainsignia.org
· Cárceles en Argentina: diagnóstico y soluciones posibles- www.ciudadesmasseguras.com.ar
· Declaración Universal de los Derechos humanos1948-www.google.com.ar
· Verbitsky , Horacio-Página/12. Argentina, abril del 2005. Una Coronda al mes.- www.lainsignia.org
· Situación Carcelaria- www.derechos.org
· Matías Bailone- Pedido de la Corte Suprema argentina: No agravar las condiciones de detención.www.un.org
· Diario Clarín -Intiman a Solá para que informe si había material combustible en Magdalena - 26/10/05
· Código Penal- www.google.com.ar
Detrás de los motines. CARCELES SIN LEY-www.argentina.indymedia.org
· Siguen ocurriendo los motines: ¿Argentina al borde del colapso carcelario? lavaca.org
· Tragedia del penal de Magdalena- www.prensamercosur.com.ar
· En las cárceles no hay Derechos Humanos- www.argentinaindymedia.org
· Argentina se comprometió a mejorar las cárceles de Mendoza.- Fuente: Diario Judicial, Bs As, 12may05]
· Denuncian "condiciones de inhumanidad" en cárceles de Argentina -www.lanaciononline.com.ar -Octubre 2005
EL SIDA EN LAS CARCELES ARGENTINAS- Daniel Barberis- FUNDESO- Buenos Aires, Agosto de 2000. -www.google.com.ar
[1] Informe de Estudios Legales y Sociales de 2004.
